Olaechea: “Es importante evitar que grupos de poder no electos gobiernen nuestro país” El flamante presidente del Congreso dijo que «no nos dejemos apabullar por quienes piden el cambio de la Constitución o la disolución del Congreso».
Pedro Olaechea, flamante presidente del Congreso
En los últimos meses, el trabajo del Congreso de la República ha estado enfocado en las reformas del Poder Judicial y las reformas políticas impulsadas por el Poder Ejecutivo.
Logramos grandes avances tras muchas discusiones,
diferencias y consensos.
El resto de las reformas podrán ser analizadas y
trabajadas a profundidad.
Ahora enfoquémonos en atacar los grandes problemas que enfrentamos como país.
Nuestra economía está estancada. Pese a beneficiarnos del rumbo económico que marcó la Constitución de 1993, en los últimos gobiernos poco se ha hecho para acelerar la economía.
La inversión privada tiene que crecer y generar más
puestos de trabajo para los 300 mil jóvenes que entran
cada año al mercado laboral.
Trabajemos juntos para volver al camino del progreso
económico, no merecemos el crecimiento mediocre de
los últimos 7 años.
Esta es la labor principal del Ejecutivo y desde el Congreso debemos colaborar con un marco legal eficiente y creativo para ayudar a resolver este problema.
También es nuestro deber asumir un rol fiscalizador para evaluar cómo se está gastando el dinero de todos los peruanos.
Es urgente una reforma tributaria que sea equilibrada y promotora, que realmente beneficie a la población. Además, tenemos que encontrar una forma de reducir la informalidad.
Especial relevancia debería cobrar el lugar que tienen las MYPES en el tejido empresarial del Perú y poder impulsar su crecimiento, ya que constituyen el 99% de empresas formales en nuestro país.
La situación del agro también debe ser abordada con
mucha seriedad.
El agro peruano está en una situación particular: solo se
usa el 4.4% del área agrícola del país para las
exportaciones.
Aún así, el Perú ha generado una revolución mundial
con sus productos.
El potencial es enorme.
El resto del sector —el 95.6%— sigue sufriendo las
secuelas de la reforma agraria.
Viven en verdaderas trampas de pobreza abandonados
a su suerte, sin tecnología, resignados a un entorno de
sufrimiento y retraso.
De igual forma, el 27% de los peruanos que viven en las fronteras no puede seguir en total estado de abandono.
Por otro lado, hay mucho por hacer en cuanto a las
actividades extractivas en el país, una de las principales
fuentes de riqueza que tenemos.
El Perú necesita aproximadamente 250 mil barriles
diarios de petróleo para funcionar, pero sólo producimos
44 mil.
Solo en el 2018 gastamos más de US$3000 millones en
importar lo que no producimos.
Aún así, se necesitan 46 procedimientos sólo para
iniciar operaciones en el sector hidrocarburos.
Desde el Congreso aprobaremos la legislación necesaria para darle un impulso a este sector,
trabajando de la mano con el Poder Ejecutivo para
destrabar la inversión.
Necesitamos políticas públicas predecibles, que
entiendan el funcionamiento del mercado, el respeto por
el medio ambiente y por los pueblos indígenas. Lo
mismo para la minería.
Otra gran tarea pendiente es la regionalización.
Hoy tenemos regiones dotadas de enormes
presupuestos. ¿Realmente está funcionando?
En Puno, el Gobierno regional recibe S/ 1,130 millones
para gasto corriente (sueldos) y alrededor de S/ 140
millones para obras.
Esto significa que para administrar un sol, en Puno, se
gastan diez.
Esta situación es común a través de todo el aparato estatal.
Debemos mejorar la calidad del gasto público, estamos
cerca de que el gasto en burocracia sea el doble de la
recaudación tributaria, según el MEF.
Si seguimos con estos niveles de burocracia, los
recursos jamás llegarán a los peruanos que más lo
necesitan, siempre se quedarán en el camino.
El Índice de Progreso Social nos advierte que se ha
descuidado el desarrollo, pese al incremento en el
presupuesto de la República.
El Ejecutivo debe revisar la eficacia de sus programas
sociales para que el crecimiento económico tenga un
impacto real en el desarrollo social del país.
La excesiva burocracia le pone obstáculos y numerosas
dificultades a los peruanos y ha empujado a miles por el
camino de la informalidad.
¿Qué podemos hacer ante esta situación?
Propongo una agenda de emergencia a ser trabajada
con el Poder Ejecutivo, para resolver los grandes
problemas que aquejan a nuestro país.
El Perú no puede detenerse.
No solo debemos estar dispuestos, estamos obligados a comenzar esa tarea.
El gran problema que tenemos, y no me voy a cansar
de decirlo, es un problema de gestión.
En los últimos 15 años, el presupuesto de la República
creció en 450%, mientras que la población sólo creció
22%.
¿Acaso tenemos 4 veces mejores servicios de educación, salud o seguridad?
En el 2018, el presupuesto de la República fue de S/
150 mil millones.
De este monto, sólo S/ 46 mil millones se destinaron a
infraestructura e inversión.
Los S/ 114 mil millones restantes se usaron en gastos
corrientes.
¿Somos conscientes de lo que significan S/ 114 mil
millones? Con S/ 6 millones se tendría un colegio de 12
aulas completamente equipadas.
Por un monto similar, una comisaría con todas las
facilidades que merece la Policía para atacar la
inseguridad.
Con S/ 8 millones se pone en marcha un centro de
salud completamente implementado.
Cada vez que escuchemos de presupuestos, pensemos en cuántas obras se pueden ejecutar.
La ciudadanía nos ve como los responsables de lo que
describo.
Existe mucha frustración, muchas veces justificada.
Si bien es cierto, el Poder Ejecutivo es el principal
responsable de tomar acciones concretas para resolver
estos problemas, el Congreso también cumple un papel
clave.
El diálogo y trabajo en conjunto entre los poderes del
Estado es esencial.
Sin embargo, también es importante respetar la
independencia que tiene cada fuero para cumplir sus
competencias.
Se debe acabar la idea de que este Congreso es obstruccionista, cuando año tras año se han otorgado facultades legislativas y se aprobaron varios cambios presupuestales pedidos por el Ejecutivo.
De 213 decretos legislativos emitidos por el Gobierno,
aprobamos 210.
Obstrucción, ¿dónde?
Pero, no perdamos de vista nuestras tareas pendientes: atacar la exorbitante sobre regulación en la que vivimos, mejorar dramáticamente la calidad de leyes que aprobamos y fortalecer nuestra labor fiscalizadora.
En los últimos 5 años, la emisión de normas legales creció en 25%, más que el PBI y el empleo formal.
En el Perú hay más de 30 mil leyes y 600 mil normas
vigentes.
En el ránking de carga de regulación gubernamental del
Foro Económico Mundial del 2018, el Perú ocupa el
puesto 128 de 138.
Cada día se emiten —en promedio— 60 nuevos
dispositivos legales.
Debemos preguntarnos cuánto le cuesta a la gente las
normas que emitimos.
En ese sentido, el Ejecutivo contará con nuestro apoyo para simplificarle la vida a los ciudadanos.
No nos dejemos apabullar por quienes piden el cambio
de la Constitución o la disolución del Congreso para
resolver estos problemas.
La defensa de la democracia es fundamental, así como
la defensa de nuestra Constitución.
En 1990, el 70% de la actividad económica estaba en
manos del Estado y el país estaba quebrado.
Sin embargo, la Constitución de 1993, trazó un camino
de desarrollo sin precedentes.
Se redujo la pobreza de una manera dramática y
empezamos a cerrar brechas sociales.
El decil más pobre en nuestro país es el que más ha
aumentado su capacidad de gasto en la última década,
según data del INEI.
Además, se estima que en el 2018, las exportaciones peruanas tenían un valor de US$50 mil millones. Nuestro PBI está en casi US$190 mil millones.
No importa qué indicadores usemos, el resultado va a
ser el mismo: hoy vivimos en un país más próspero,
pero aún queda mucho por hacer.
Han pasado muchos años de inacción y los más
afectados han sido los más pobres.
Por otro lado, la defensa de la democracia debe ser un pilar fundamental del ejercicio de la labor parlamentaria. Debemos entender que no vivimos en un sistema perfecto y que los seres humanos tampoco somos perfectos.
En ese sentido, una de las grandes ventajas de la democracia es la rendición de cuentas.
Si uno, como político, comete un error, será increpado y
castigado por sus electores.
Nos debemos a ellos.
Es por eso que es tan importante evitar que grupos de
poder no electos gobiernen nuestro país.
Ellos no rinden cuentas ante nadie, excepto a quienes los financian.
Se nos presenta la oportunidad de llegar a nuestro
Bicentenario como una sociedad que supo manejar sus
problemas y enmendar sus errores.
Busquemos iniciar el nuevo siglo como un país de
leyes, no como un país de desconcertadas gentes,
como decía Piérola.
Exijamos cambios de manera ordenada; sin prisa, pero sin pausa.
Reconozcamos que somos un país de logística
compleja y de muchas necesidades.
Los problemas no se resuelven solo arrojándoles
dinero.
Probemos nuevas ideas y pensemos primero en el
ciudadano y en los servicios que recibe.
El crecimiento económico y el desarrollo social deben ir
de la mano.
En suma, entendamos, el Congreso está para autorizar
los fondos que el Ejecutivo solicita y dar las leyes que
se requieran para el desarrollo del país.
El Ejecutivo es el único llamado a aplicarlas.
Así pues, extiendo la mano del Congreso para trabajar juntos.
El futuro del Perú está en nuestras manos.
Apostemos por el bienestar de las próximas
generaciones.
Asumamos la responsabilidad.
El Perú y nuestros hijos lo merecen.

Primero reconozcamos que el Perú no es Lima el Perú tiene 25 Regiones si hablamos de desarrollo hagamos una comparación en infraestructura y servicios entre Lima y las regiones y la diferencia es abismal estás diferencias son decepcionantes pues quiere decir que la concentración de la riqueza se ha dado solo el Lima y el resto del país donde quedó estás diferencias y un poder legislativo corrupto en todos sus niveles y el ejecutivo no se queda atrás percibido por el poblador peruano requiere de decisiones drásticas y eliminar del congreso el continuismo que tanto daño ha hecho al país sin descuidar el desarrollo económico descentralizado y resolviendo los conflictos sociales regionales que permitan la inversión tanto pública como privada en proyectos donde se de el valor agregado a la materia prima que producen las regiones.
Pregunta: El Presidente del Congreso Pedro Olaechea a que sector del país debe representar al pueblo peruano o a los grupos de poder que quieren seguir manejando la economía del Perú para su beneficio las grandes transnacimales de capitales extranjeros y nacionales (BCP, IN TREBANK, Saga Falabella, Plaza Vea, Metro Sodimac, etc)y que no les gusta invertír en obras publicss por qué no son rentables, pero si que el Estado les devuelva los impuestos dónde el amor por el Perú